En un suceso que parece salido de un guion cinematográfico, la venezolana Liliana Ariany Henriquez Tovar fue arrestada en Brasil tras asesinar a su exnovio, Gilvan Barbosa Silva, y a la madre de este, María Telma Barbosa Silva. Pero lo que más estremece es la frialdad y planificación con la que llevó a cabo el crimen.
Un asesinato premeditado y días de terror
La historia comenzó con una discusión que terminó en tragedia. En un ataque de furia, Liliana apuñaló a su expareja dentro de su casa. Pero en lugar de huir, convivió con el cadáver en la cocina durante tres días, como si nada hubiera ocurrido.
Lejos de detenerse ahí, ideó una forma de eliminar a la única testigo potencial: la madre de la víctima. Para ello, la llamó y la convenció de ir a la casa, donde la asesinó brutalmente.
Un intento desesperado de borrar la escena del crimen
Con dos cuerpos en su casa y sabiendo que no podría ocultarlo por mucho tiempo, Liliana decidió prender fuego a la vivienda para borrar toda evidencia. Sin embargo, los vecinos notaron el humo y llamaron a los bomberos, quienes llegaron antes de que las llamas consumieran todo.
Al entrar, los rescatistas descubrieron los cuerpos y rápidamente informaron a la policía. Liliana fue arrestada en el acto y ahora enfrenta cargos por doble homicidio y tentativa de ocultación de pruebas.
Un caso que deja muchas preguntas
La brutalidad y el cálculo detrás de estos asesinatos han dejado a la comunidad en shock. ¿Qué motivó a Liliana a actuar de esta manera? ¿Fue un crimen pasional o había algo más detrás?
Las investigaciones continúan, pero una cosa es segura: este crimen será recordado como uno de los más macabros en la historia reciente de Brasil.